sábado, 7 de mayo de 2011

Guía de Lectura # 2

Narración y experiencia
La palabra narración tiene como raíz etimológica el significado “conocer”; ya sea un conocimiento que se obtiene a través de la experiencia o bien un conocimiento que se transmite a través de la experiencia. Según Hayden Whrite, el modo narrativo es universal ya que en todas las culturas hay narración y es  también la forma más antigua de organizar el conocimiento que depende de la escritura. Todas las culturas organizan sus conocimientos y los transmiten  mediante relatos.
El psicólogo Jerome Bruner, plantea la psicología intuitiva; afirma que los seres humanos pensamos la vida de manera narrativa, interpretamos las acciones y los comportamientos de este modo.  Se cree que las personas nos movemos impulsados por deseos y creencias, si hay alguna diferencia entre lo que es persona desea y el medio donde está inserto, suele darse una explicación y es la locura o se crea un relato que fundamente ese comportamiento. Aquí, las personas son pensadas como sujetos que actúan movidos por metas y se valen de instrumentos para obtener los resultados deseados sorteando todo tipo de obstáculos; así estamos frente a una representación narrativa de las acciones.
 La narración oral
Vladimir Propp, realizó un análisis de cuentos tradicionales rusos de transmisión oral y encontró que en todos ellos se repite la misma estructura: hay un protagonista que parte de su aldea con una misión, en el trayecto debe sortear diferentes obstáculos y utiliza  la ayuda de objetos mágicos, se enfrenta con un oponente y sale victorioso, regresa a su aldea como héroe y generalmente contrae matrimonio. Gracias a este circuito repetitivo se facilita la memorización de la historias. Propp sostiene que esta estructura es una marca que registran del antiguo rito de iniciación a la vida adulta por el que tenían que pasar los jóvenes; a pesar de que se abandonó este rito el recuerdo permanece mediante las historias.
La estructura esquemática de los cuentos tradicionales favorece su transmisión convirtiéndose así en la mejor opción para cuentos de niños. Durante mucho tiempo la literatura infantil recurrió a estas historias maravillosas que contaban las abuelas o madres pero en la década del 1960 se comenzó a cuestionar si eran las mejores historias para transmitir a los niños ya que contaban con un grado muy alto de  violencia y crueldad a pesar de que las versiones que les llegaban ya estaña pulidas en gran parte de la crueldad original.
Por su parte, el historiador Robert Darnton menciona una relación entre las situaciones que se repiten en los cuentos de hadas contados por las familias y la realidad social del momento en que son contados esos cuentos; también menciona que no todos los cuentos de tradición oral tienen necesariamente una moraleja sino que algunos pueden ser simplemente advertencias. Así, éste historiador sostiene que la relación entre conocimiento y narración puede interpretarse como enseñanza moral o como advertencia.
El narrador Walter Benjamín agrega a este enunciado, que las narraciones orales siempre dejan una enseñanza ya sea moral o práctica pero lo que caracteriza a éste tipo de narraciones es que la enseñanza eta entrelazada con la historia base. Para él, las buenas narraciones no interpretan los hechos que narran sino que solo cuentan la historia y dejan que el lector obtenga su enseñanza. Por eso, las buenas narraciones son las que permanecen en el tiempo ya que son leídas por diferentes personas y siempre se le encuentra un mensaje diferente.   Y como la narración esta relacionada a la experiencia, cuanta más experiencia tenga el narrador más autoridad tendrá. También menciona que los prototipos de narrador son dos, los campesinos sedentarios que conocen las tradiciones de su tierra y el viajero o el marino, que traen historias de lugares lejanos. 
La trama narrativa
Whrite menciona que la trama narrativa es la que permite que una sucesión hechos se conviertan en historia; la trama convierte a esos hechos en una cadena de causas y consecuencias. Para poder relacionar los hechos de una manera causal es necesario mira desde lo lejos ya que así se puede evaluar según las consecuencias que éstos tuvieron en la cultura.
Toda narración histórica se realiza desde un centro en el que se ubica el historiador para ponderar los hechos y armar una trama narrativa con ellos; a través de la secuencia, la narración impone coherencia a los hechos.  Según Bruner, las secuencias mediante las cuales se analizan los hechos tienen dos rasgos importantes a saber, el primero es la relación causal y el segundo, es que la narración interviene cuando se rompe un esquema por un comportamiento inesperado, es entonces donde entra en juego la narración  para reencausar ese hecho y lo asimile a los esquemas. Toda narración habla de una ruptura de un orden y del su reencauzamiento.
 El narrador
La presencia de un narrador es el primer rasgo que caracteriza una ficción en cualquiera de sus géneros. El narrador es la voz que cuenta desde la ficción un relato; el autor en cambio, es la persona real que escribe y cuando su texto es leído automáticamente se borra su imagen; establece diferentes narradores para cada uno de los textos que crea. El narrador es característico de los textos escritos, los cuentos orales tienen a una persona real que narra oralmente esos cuentos frente a un público. Antiguamente, esa narración oral estaba en tercera persona, ya que el narrador estaba por fuera de la historia; con la aparición de la novela, se incorpora la primera persona ya que el narrador cuenta su propia historia. Cabe destacar que la elección de la voz que narra, con su estilo y la distancia que guarda con respecto a los hechos, debe tener una elección premeditada  en la ficción.            
La subjetivización de la narración
Ya dijimos que, toda narración implica una trama causal; ya sea una trama externa que une los hechos que narra o bien una trama interna que está relacionada con los sentimientos de los personajes. En los cuentos se mencionan secuencias de acciones, hay “actores” de los que no se cuenta mucho sobre su vida sino que se centran en la trama narrativa. Ésta característica se modifica en la ficción escrita; los personajes adquieren un cuerpo y se da lugar a  la subjetividad. En el siglo XX, se practicaban procedimientos que representen la subjetividad; el monologo interior es uno de ellos, representa el fluir de la conciencia. Se afirma que la incorporación de la primera persona en la ficción es importante en cuanto a la subjetividad, permite un ingreso al mundo interior del personaje. Una ficción puede estar narrada en tercera persona pero desde la perspectiva del personaje, permite el ingreso a la interpretación de los hechos desde la óptica del actor. La subjetivización en la ficción está ganando cada vez más terreno con el correr de los tiempos.  
La funcionalidad del relato 
Según Borges, en los cuentos, no hay nada que no tenga una razón de ser en la trama narrativa, a esto llama “causalidad frenética”, nada está allí por azar.
Por su parte, Roland Barthes sostiene que en un relato todo es funcional. La función es una relación entre dos términos ya que todo relato tiene su correlato; hay distintos tipos de funciones y el mismo elemento puede tener dos funciones diferentes.
Están las funciones núcleo llamadas cardinales que se relacionan a la trama principal, si se eliminan del relato generarían una modificación en su raíz, éstas forman la secuencia. Las funciones secundarias, se entrelazan entre las nociones núcleo pero no tienen la misma importancia para el desarrollo de la historia; a éstas funciones se las Barthes las denomina catálisis. Ellas dilatan la secuencia causal del relato y pueden crear suspenso o lo que se llama indicios. Muchas descripciones ayudan a caracterizar mejor un personaje o la relacione que tiene con la situación que está afrontando; aportan información necesaria para construcción de la ficción. El mismo elemento puede tener funciones diferentes, actuar como indicio pero ser parte del núcleo.
Piglia, sostiene que todo cuento cuenta dos historias, una visible y otra secreta, que se cuenta de manera enigmática. Cada uno de esas historias responde a una lógica pero los mismos elementos participan en las dos. Estas historias secretas han ido cambiando a lo largo de la historia, en los cuentos clásicos permanece oculta hasta el final. En el cuento moderno, la historia secreta no se cuenta nunca, esta debajo de la historia visible presionando, se narra como si el lector supiera cuál es la historia secreta.
El pacto ficcional
Se llama pacto ficcional, según Umberto Eco, a la convención entre lector y escritor en la que ambos aceptan que lo que se cuenta son hechos imaginarios pero no mentiras. El lector se despoja de su juicio acerca de la verdad o falsedad que lo que está leyendo; así el autor finge que los hechos ocurrieron. Es una característica de la ficción que aunque se esté en el mundo maravilloso pueden ocurrir cosas que se dan en la realidad.
Cada género incluye cláusulas en el pacto ficcional que el lector acepta. Por ejemplo en el género policial se deben cumplir las siguientes normas: se deben proporcionar a al lector todos los datos necesarios para que pueda resolver el problema por sí mismo; el asesino nunca puede ser el narrador y por último la solución no puede ser mágica ni sobrenatural.
Verosimitud
Éste concepto se aplica a todos los géneros que pertenecen a la argumentación y a la ficción. La ficción tiene como característica que se aplica válidamente el “como si”  
En la Grecia antigua, se tenía conciencia sobre el poder del discurso persuasivo cuando lo que se estuviera diciendo no era verdadero. Éste es el campo de investigación de la retorica y el campo donde se desarrolla la argumentación. Lo verosímil es lo que se ajusta a la opinión más generalizada. Así, se da paso al “código ideológico”, cada género ficcional utiliza su propio sentido común.
Un procedimiento para crear verosimitud es introducir nombres propios que se relacionen con lugares y personajes reales fuera de la ficción, también inventar nombres que parezcan reales. El recurso más importante utilizado en ficción para dar verosimitud es la descripción.
La descripción  
La descripción implica una interrupción de los acontecimientos narrados, no tiene un orden establecido sino que se mencionan los hechos según la disposición que le da el que describe. En el romanticismo es que la descripción comienza a adquirir su carácter de literario, antes era considerada sólo un adorno del discurso. 
La descripción procede separando los elementos que componen el todo, a los que se le atribuyen cualidades; el orden en que se presentan esos componentes pude variar. Ésta estructura es básica de la descripción y puede manifestarse de distintas maneras: si no se menciona el nombre del objeto completo o si se lo nombre al final se trata de una descripción con rasgos de adivinanza. O bien, puede nombrarse solamente las partes descompuestas del objeto total.
Otra característica de la descripción es la posibilidad de repetir la misma estructura las veces que se considere necesario. Hay que tener en cuenta que una descripción muy extensa distrae al lector, por eso no se recomienda aplicarla.
El realismo utiliza la descripción para generar una impresión de realidad, allí abundan las descripciones extensas, llenas de detalles. Éstos son textos que prevén un lector capaz de adaptarse al tiempo descriptivo, se llaman a éstos lectores curiosos o de enciclopedia. Así, Philippe Hamon, establece una diferencia entre lectores de narración que están movidos por la intriga y los de descripción que prefiere profundizar sus conocimientos sobre un sector de la realidad, tienen una curiosidad léxica.  
  
     

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